Ciberbullying: la otra cara de los nuevos medios

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Nos permite comunicarnos con nuestros amigos, acceder a información mundial, ver miles de videos subidos por personas que se encuentran en diferentes puntos del globo, facilita la globalización, permite conocer lo que no sabemos… y así podría estar horas enumerando los beneficios de los nuevos medios. Pero, teniendo en cuenta que nos es cuento de hadas, no todo es feliz. Muchos crímenes se cometen mediante estas herramientas. Hoy vamos a hablar sobre el Ciberbullying o Ciber-acoso.
Empecemos por entender rápidamente que es este nuevo tipo de acoso. Ciber acoso o acoso en línea es el uso de información electrónica y medios de comunicación tales como correo electrónico, mensajería instantánea, mensajes de texto, blogs, teléfonos móviles,y websites difamatorios para acosar a un individuo o grupo, mediante ataques personales u otros medios, y puede constituir un crimen informático. El ciberacoso puede ser tan simple como continuar mandando e-mails a alguien que ha dicho que no quiere permanecer en contacto con el remitente. El ciberacoso puede también incluir amenazas, connotaciones sexuales, etiquetas peyorativas. Esto quiere decir que hay alguien que busca intimidar, acosar, hostigar, agredir y humillar repetidamente a otra persona.
Todo comenzó con el término bullying. Esto es el acoso escolar y consiste en cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Pero en nuestros tiempos no sólo el acoso se produce entre alumnos de colegios. Hay personas que utilizan los medios para encontrar y conocer personas a las que luego, violan. Así fue el caso de una niña de doce años en nuestro país. Ella comenzó a chatear con una persona que dijo tener su misma edad, pero era mentira, él tenía 23 años. Después de entrar en confianza, le propuso encontrarse personalmente. Allí la niña fue abusada.Así lo expresó el diario Clarín . Impunemente pasan muchísimos casos como estos que, por distintas razones, no salen a la luz.
Existen dos tipos de acosos virtuales. Por un lado, aquel del cual se conoce la procedencia del agresor porque su comportamiento ocurre también personalmente. Este es el caso de aquellos chicos que son compañeros y molestan a otro. Eso se continúa en los medios. Se los difama en internet o se los llama continuamente para molestarlos. Así ocurre en las tan frecuentes peleas de chicas donde primero existe una amenaza vía internet o teléfono y luego terminan golpeándose y hasta matándose (como en el caso de la joven asesinada el día de la primavera). El acoso escolar "tecnologízado" comparte las características propias del Bullying: es intencionado, se establece una relación asimétrica de control y poder sobre el otro, es repetitivo o continuado.
Por otro lado, existe el tipo de ciber-acoso donde hay un desconocido que hostiga a otra persona. O sea, el agresor abusa del hecho de no tener identidad mediante los medios y los utiliza para enviar e-mail acosadores, amenazas al móvil, grabaciones de persecuciones, fotos manipuladas. Esto genera una impotencia y un sentimiento de inseguridad terrible en la persona acosada. A veces, suele ocurrir que el agresor, después de un tiempo, se presenta ante su victima cara a cara.
El ciber-agresor se contenta con obtener el poder sobre la otra persona mediante esa agresión, esto es lo que le permite una manipulación sin resistencia. Y tiene un perfil muy marcado. Normalmente son personas con problemas psicológicos que buscan dañar a otros.
En la Argentina, en octubre del 2008, se comenzó a hablar en el Senado sobre el ciber-acoso ejercido por adultos a chicos y chicas. Durante una jornada sobre delitos informáticos se comenzó a tratar el tema de la necesidad de crear una ley que proteja a los niños de los acosadores cibernéticos ya que se llegó a la conclusión que este comportamiento crece a medida que se extiende el uso de internet. Para esto se presentó el proyecto de ley 13-D-09 el dos de marzo de este año, pero del cual aún no se tienen noticias.
Las redes sociales hicieron que sea mucho más accesible encontrar una “presa”. No solo los pedófilos encuentran en estas redes una motivación. También los acosadores escolares las emplean, de modo que se han modificado las formas tradicionales de ejercer abusos en las escuelas o bullying. Se realizan grabaciones en los colegios que después son utilizadas como chantaje cuando son subidas a la web.
Pero también existen los buenos de la historia. Han aparecido ciberpolicías para combatir a los agresores. Así, los cuerpos de seguridad nacionales e internacionales disponen de delegaciones especializadas en combatir los delitos de pedofilia y acoso que se producen en la Red. Cuentan con equipos de intervención, de análisis y de investigación en nuevas tecnologías que hacen que cada vez sea más difícil utilizar la Red con estos fines.

Dos campañas en contra del Ciberbullying








Fuentes:

Por: Julieta Cadavid

Autismo Tecnológico

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Disculpe, ¿va a bajar?... y como en la tele se escucha el cri cri. Nadie contesta. ¿Qué le está pasando a la gente?



El otro día estaba sentada en un colectivo de frente a todas las personas que realizaban el viaje, igual que yo. Como me sentía aburrida empecé a observar detenidamente qué hacía cada uno. Todos estaban en la suya. Nadie prestaba atención a nada que no fuera propio. Por un lado, una morocha hablaba por teléfono. Ella olvidó que a su alrededor había más gente y hablaba tan fuerte que todos se enteraron qué le pasaba. En otro asiento, un chico, movía su cabeza a la manera del exorcista pero yo no entendía por qué. En ese momento vi un cable saliendo de sus orejas, por lo que deduje que tendría algún aparato musical escondido, tal vez en su mochila o en su bolsillo.



Estas imágenes me hicieron reflexionar sobre nuestra sociedad. Estos aparatos tecnológicos ¿no se usarán realmente para evadir la realidad? Yo diría que sí. En vez de enfrentarnos con el “otro” que está cerca nuestro nos refugiamos en nosotros mismos. Así evitamos sufrir el miedo y la desconfianza que nos provoca, en este momento, aquel que es distinto o desconocido.
Estuve buscando una definición sobre autismo, porque a mi parecer, la actitud del niño autista y de la persona que se encierra en sí mismo mediante su mp3 o su teléfono era similar. Y encontré lo siguiente: El autismo es un desorden del desarrollo del cerebro que deteriora la comunicación e interacción social causando un comportamiento restringido y repetitivo. A pesar de la gran diferencia que hay entre esta enfermedad y nuestra realidad social el aspecto importante a destacar es que, esa nueva tecnología provoca un real deterioro de la comunicación.



¿Nunca prestaron atención en el susto que se pega una persona en el colectivo cuando está escuchando música y le hablan? Siempre me llamó la atención este sobresalto. Es más, me ha pasado a mí también. Es que uno está tan concentrado en la letra de la canción que más nos gusta que olvidamos que hay gente a nuestro alrededor. Entonces, cuando alguien nos habla o nos roza un brazo o la mano nos sacan de esa “fantasía” y nos dicen: che! ¿Me vas a contestar?...recordándonos que, lamentablemente, no estamos solos.



Sin embargo, llegué a la conclusión de que realmente uno quiere salir de esa realidad que nos aterra. Con la música tapamos las palabras de los demás, los pedidos de ayuda, las súplicas de un nene que nos pide una moneda, el saludo de una anciana que necesita el asiento del colectivo donde estamos sentados, la venta del vendedor ambulante. Pero esto es sólo una mentira. Es una forma de engañarnos a nosotros mismos. ¿De qué sirve taparse los oídos si podemos ver las cosas? Además, ¿mejoramos algo con esta actitud?



Así puedo finalizar diciendo que la gran diferencia entre el autismo como enfermedad y como comportamiento social se basa en que la sociedad elige no escuchar y no comunicarse, pero seguramente esos chicos desearían poder hacerlo.






Julieta Cadavid